En La Plata vivimos una tragedia que estará en la historia y así la sentí yo

 El oficio de periodista es un servicio a la comunidad y resulta algo ingrato para uno mismo. No existen los feriados y menos podemos hacernos a un lado en una tragedia como esta. Esta es mi vivencia.

Así estaba la casa de un compañero de secundario de otra de mis hijas
Este es un espacio en donde habitualmente hablamos de moda, de consejos de belleza y de temas vinculados a situaciones que son, si se quiere, por llamarlas de alguna manera, felices.

Mi vida a partir del 2 de abril cambió para siempre. Como la vida de muchas personas. Fui testigo y parte  de un momento histórico que quedará para siempre en la memoria de todos los argentinos. Pasarán 100 años y esto se recordará como la mayor tragedia de la "ciudad de las diagonales".

No acostumbro a hablar temas personales en este espacio más allá de lo que es "el ropero de la editora" en donde la idea es mostrar lo que uno se haya comprado sea un vestido, aros, una cartera. Hoy muchos hermanos platenses que están en "Pampa y la Vía" lo han perdido todo. No están para hablar de eso.

El agua fue lo más democrático que nos pasó a todos. No conozco a nadie que no tenga una historia que contar. A cada paso, escuchás en la calle gente que cuenta: "No, a mí no me agarró, pero a mi hermano sí" o cosas tales como "pasé la noche encerrado en el auto con mi hijo y pude llegar a casa a las seis de la mañana".  O "salvé a mi señora que se la llevaba la corriente".

Esa noche del 2 de abril, fue la más larga de mi vida. A partir de las 20.30 el teléfono de la radio  (que también es mi casa) no paró de sonar con el llamado de gente desesperada que quería o buscaba ayuda para encontrar a sus familiares. Esta es la crónica, minuto a minuto (click aquí)

Lo que les quiero contar ahora es cómo lo sentí yo. Mientras atendía todos esos llamados, mientras hacía la nota para el diario digital y mientras grababa lo que nos contaba la gente en la radio para que salga al aire yo misma no sabía qué suerte estaba corriendo mi propia hija.

Ella se fue hace dos meses a vivir con su novio a Tolosa, una de las zonas más afectadas. Cuando veo que eran las 18.30 hs y llovía desde la 15, me asusté. Ya he vivido otro momento parecido en 2008, pero esa vivencia resulta insignificante al lado de esta. Miraba por la ventana por donde iba el agua, era todo un charco pero al menos no estaba alta. Tuve miedo que empezara a brotar por las rejillas y el baño a través de la cloaca. De hecho aquí en Gonnet hay gente que le pasó.

 En el momento en que me entero que había gente pidiendo auxilio desde los techos, mi corazón de madre empezó a agitarse. Comencé a llamar a mi hija por teléfono (los celulares prácticamente no andaban) le deje mensaje a través de Facebook, le escribí correos electrónicos. Supuse que como no había luz por ningún lado tampoco habría wi-fi y quizá no tuviera batería en el celu.

La zona donde ella vive cerca del Estadio Único se inundó mucho. Supuse que estaría evacuada en algún centro. Pero no era así.

Mientras atendía los llamados de la gente trataba de tranquilizar a las personas explicándoles que los teléfonos en ese momento no funcionaban normalmente. Que esas situaciones son de mucha confusión, "quédese tranquila ya se va a poder comunicar. Avisenos si lo puede hacer".

Me llamó una mujer de Lomas de Zamora preguntándome por la zona donde vivían sus familiares porque no se podía comunicar con ellos.

 Hice todo lo que pude para mantener la calma y transmitir tranquilidad en la medida de lo posible. Soy de las madres que siempre llaman a los hijos para saber donde están. Creo que los padres tienen el deber de saber donde están sus hijos. Pero ese día no podía ubicarla, como era lógico.

Esa "noche" estuve trabajando hasta la 3.45 del día 3 de abril. Dormí con un sólo ojo ya que al otro día trabajo para una consultora monitoreando medios y haciendo seguimientos periodísticos y tenía que levantarme a las 6.30.

Entre despacho y despacho que debo enviar seguía insistiendo, llamándola. Pero no recibí un mensaje de ella hasta el mediodía del día 3. No sé de donde saqué fuerza, aunque debo admitir que las lágrimas comenzaron a caerse cerca del mediodía. Cuando recibí su mensaje era, para mí,como si ella hubiera nacido otra vez.

"Ma, estoy bien. Hay 25 muertos. Fue muy grave", me escribió en un corto sms que me devolvió el alma al cuerpo.

Pero no sabía lo principal. El día 4 de abril, me escribe: "Y ma, hubo 48 muertos. Estoy bien pero si no fuera por mi novio era una más. No te asustes de verdad estoy bien pero muy shockeada muy muy. Gracias a una familia que tiene dos pisos nos salvamos pero nos agarró en plena vuelta. Salimos muy temprano y cuando quisimos volver empezó a llover y nos quedamos varados en el centro. No pasaban micros ni taxis ni remis nada. La gente en los autos encerrados. El agua que subía, los gritos, la desesperación. Me llegó al cuello el agua y Cristian que sabe nadar me llevo encima. Ni los bomberos ni la policía nadie hizo nada. Nos salvó ese vecino que hasta nos dio de comer. Hoy bajó el agua ma pero se perdió todo. El papá de la hermanita de Cris vio como se los llevaba la corriente a una pareja. Un amigo de Olivia vio morir a tres personas. Fue una catástrofe ma, catástrofe. Por allá no pasó nada por suerte. Pero el centro esta devastado. Estoy bien pero muy shockeada. No hay luz, todas las calles están mal".

Imagínense lo que fue saber esto. Todavía no pude hablar con ella personalmente. Pero su relato quedó marcado a fuego en mi memoria.  Mi miedo no era exagerado. Y la saqué barata, hoy podría haber estado llorando lo irreparable. Hay quienes no llegaron nunca más.

Lo mío tal vez sea un relato más pero en un momento tan especial como este, merece escribir unas palabras, por lo menos. Y me pareció que contar mi historia era lo más apropiado, porque es lo que me pasó, porque es lo que sé mejor, contar lo que pasa. La historia juzgará en el futuro (y creo que con esto merecemos entrar en ella) qué hizo cada quien. Traté de dar lo mejor de mí a pesar de todo y calladita puse el hombro a la situación. Así lo viví yo y esta es mi historia.

Por ahora son 51 los muertos en esta tragedia. Los gobernantes se plantaron ahí. Pero la gente habla de muchos más muertos.

"Si la Historia la escriben los que ganan eso quiere decir que hay otra Historia, la verdadera historia, quien quiera oír que oiga" , dice una conocida canción.

Y creo que nos están haciendo masticar una historia que nadie se la traga. Los muertos son más, señores, no nos mientan porque la memoria colectiva es implacable. Y va más allá de lo que ustedes escriban en los libros de historia. La única verdad es la realidad, fue una frase que hizo popular Perón, pero que hoy se la tomo prestada. La realidad es que hay mucha gente que no aparece y no es que se fueron a la costa por semana santa. La gente no está porque a esta altura hasta el más obtuso se da cuenta que se murió.

Sigan con su cara de piedra poniendo los números con la mano, como si de la quiniela se tratara. La gente seguirá buscando la justicia que hoy no encuentra. De eso, no les quepa ninguna duda...

Comentarios

  1. Hola Amiga!!
    Se me cayeron unas lagrimas al leerte! q terrible lo q tuviste q vivir! solo supe hta la 1er señal q estaba bien,pero lo q tuvo q pasar tu Cami fue espantoso! gracias a Dios está bien!
    Te dejo un beso enorme! y todo mi cariño!! buen lunes amiga!
    ★´¨)
    ¸.★´¸.★*´¨) ¸.★*¨)
    (¸.★´ (¸.★` ¤Gaba♥
    http://www.miscreacionesymas.blogspot.com/
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