Guía práctica para que la economía doméstica sea exitosa
"Quiero que el próximo año los números me cierren y pueda ahorrar"; si este es uno de tus deseos para 2012, entonces seguí estos consejos:
Para llenar los bolsillos hay que saber planificar
Salvo que seas contador, comerciante u obsesivo, el resto de los mortales gastan y gastan la plata, protestan porque no les cierran los números, pero nunca se pusieron en el trabajo de armar un presupuesto para calcular lo que entra y lo que sale.
No es tanto como un arqueo, ni tampoco unas notas improlijas en una libretita. Simplemente, tener conciencia acerca de cuáles son nuestros gastos. Fin de año y, por lo menos, los tres meses posteriores son los momentos en los que más dinero gastamos (fiestas, regalos, vacaciones, impuestos, matrícula escolar).
Quizás sea el momento de sentarte y armar tu presupuesto 2012. Además, te va a servir para conocer cuál es el dinero extra que podés ahorrar para un viajecito o algo pendiente, también en qué podés disminuir el "escape de divisas" y establecer prioridades (deudas, tratamientos, eventos familiares). Nada debe quedar afuera, aunque los valores fluctúen de un mes al otro: hipotecas, gastos de reparación del auto, nafta, cuotas escolares, hobbies, supermercado, ropa, médicos, mascotas, libros, CDs, revistas y un infinito etcétera.
En la planilla tenés que prever el presupuesto mensual ideal y el real. La diferencia entre ambos te va a dar la pauta de lo que te quedaría de margen para ahorrar o destinar a otra cosa.
Por supuesto, habrá gastos fijos que sólo son reales porque no varían o no pueden disminuirse (alquiler, hipoteca), pero otros - muchos otros- son fácilmente modificables (teléfono, entretenimiento, comidas, ropa).
Te ofrecemos ocho propuestas para que puedas sentarte y armar un presupuesto para el año que viene. Empezá 2012 con un plan en la cabeza, para que no termines agobiado.
¡SINCERATE!
Empezá haciendo un listado con todos tus gastos mensuales. Cuando decimos todo, es todo. No están tu marido o tu esposa para criticarte, así que hacelo tranquilo y a conciencia. Te pasamos algunas categorías para ayudarte: alquiler, hipoteca, agua, luz, gas, teléfono, celular, Internet, tarjeta de crédito, mantenimiento de la casa, gastos del auto (service, mecánico, nafta), cable, guardería, movilidad, ropa, supermercado, seguros, empleada doméstica, gastos de mascotas, comidas fuera de casa, obra social, regalos, cuota escolar, donaciones. Al final agregá una categoría para agregar eventualidades.
¡DISCRIMINÁ!
No todos los gastos son iguales. Después de armar el listado diferenciá entre los que son fijos y los que son variables. Si te sirve o te parece más práctico hasta podés agruparlos por categorías (esto es muy práctico si estás usando una planilla de cálculos). Por ejemplo: transporte, comunicación (teléfono, celular e Internet), entretenimiento (comidas afuera, hobbies, revistas, escapadas), insumos (pilas, tinta, resmas de papel). El nombre de cada grupo dependerá de tu actividad y del tipo de gastos que generes. No te olvides de discriminar los gastos de cada categoría.
¿CUÁLES SON MIS GASTOS?
A muchos les sucede que ni siquiera saben cuáles son sus gastos variables. En realidad, no saben en qué se les va la mayor parte del sueldo. Si sos uno de esos, durante un par de semanas anotá todo en una libretita: taxis, kiosco, cigarrillos, ropa, accesorios, snacks, flores, bazar, chucherías tecnológicas y todo en lo que se te escurran los pesos.
LA CRUDA REALIDAD
Suponemos que ya tenés el listado (muy prolijo) de tus gastos fijos y variables, ideales y reales. Bueno, ahora sumá tus ingresos mensuales y restale los gastos. ¿Qué tal? ¿Cuál es el margen?. Primero: ¿hay margen? Sí, seguro que no es el ideal. O peor, no existe. Con esta información vas a poder tomar una decisión fundamental: cómo disminuir tus gastos variables.
¡A "TIJERETEAR" SE HA DICHO!
Esta batalla va a ser dura, pero hay que darla. ¿En qué puedo disminuir mis gastos variables? Tomá ítem por ítem y fijate si podés, por ejemplo, en vez de ir al trabajo en taxi tomarte un ómnibus o caminar. Quizás no sea necesario que vuelvas a casa con un par de aros o un collar todos los días, tampoco que te tomes un café a diario con alguien. Lo importante es que estés decidido a hacerlo y que tengas en claro que es por una razón mucho más importante: un viaje, una remodelación de la casa o, simplemente, ahorrar. La mayoría de las personas les temen a los ahorros prolongados porque creen que nunca van a llegar. ¡Cambiá ese pensamiento!
¿QUÉ HAGO CON LAS DEUDAS?
Por lo general, siempre recomiendan pagar las deudas que posean mayores tasas de interés. Eso, en caso de que tengas que elegir. El razonamiento es claro: ¿qué deudas resultarán más perjudiciales para mí si no las pago? Por ejemplo, la hipoteca que nos puede llevar a perder la casa, un servicio sin el cual se nos dificultaría mucho vivir o el alquiler que nos puede generar conflictos judiciales - y futuros gastos, como ser un abogado-. Finalmente, las deudas con amigos o familiares que, aunque no haya mediado un documento por escrito, posee un valor de palabra y sentimental.
¿Y SI NO ME ALCANZA?
Si el "debe" es mayor que el "haber", entonces, la información de tu presupuesto puede servirte para saber en qué más hay que recortar. Quizás haya que tomar decisiones más drásticas como vender el auto (de todas maneras tenés que calcular lo que gastarías con otro tipo de movilidad) o cambiarte a un lugar en el que pagues menos de alquiler.
¿QUÉ GANO CON TODO ESTO?
Tranquilidad y orden. ¿Te parece poco? También, cambiar tus hábitos de gastos, conocerte más, devolverte la confianza de saber que con voluntad y autocontrol podés ahorrar para algo que ni pensabas que lograrías. Quizás no lo cumplas a rajatabla, pero por lo menos cada vez que abras la billetera vas a pensarlo dos veces. ¿Realmente lo necesito? Misión cumplida.
Fuente: LaGaceta.com.ar
Impecable amiga! muy buen post..bien armado, reactado y sobre todo bien real!
ResponderEliminarA mi no me cuesta ahorrar por suerte... porq una siempre va haciendose proyectos y eso hace q junte para.. es bueno saberse manejar.
te mando besos amiga! te quiero mucho!