Plantas aromáticas empleadas en la cocina Orégano, Tomillo y Romero


Las plantas aromáticas son pequeñas, ocupan poco espacio, se mantienen con facilidad si quien tiene que hacerlo se preocupa medianamente por ellas, impregnan el ambiente con una fragancia fresca y natural, son un magnífico ingrediente en nuestras recetas de cocina y, además, son muy recurridas como remedios curativos. Tienen todo lo que se les puede pedir para que cualquiera se anime a buscarles un rincón en casa donde crezcan sanas y fuertes.

Con que se reserve un pequeño hueco en el jardín para plantar las plantas aromáticas que queramos es suficiente, y si no también son bienvenidas unas sencillas macetas en los marcos de las ventanas. Mientras que tengan una tierra adecuada y reciban luz natural, cualquier sitio puede ser bueno. A continuación les presentamos otras cuatro plantas muy útiles también en la cocina.


 Orégano

El orégano es una de las plantas aromáticas más populares por su fácil cultivo, el intenso olor que desprende, y porque condimenta multitud de recetas que preparamos día a día. Aunque en espacios abiertos donde puedan extender sus raíces pueden medir alrededor de 80 centímetros de altura, se pueden mantener perfectamente en macetas. Plantar orégano en una maceta es tan sencillo como colocar la semilla bajo una fina capa de turba y arena que no deje escapar la humedad, y orientarla al sol.

En la cocina tiene múltiples usos, todos con grandes y buenos efectos aromatizadores: en pizzas y pastas, para realzar el sabor del aliño de las ensaladas, sobre carnes, con patatas guisadas o en salsas. El sabor que aporta a las comidas combina a la perfección con su buen hacer para el aparato digestivo y para la vesícula biliar. También se le atribuye ser antiséptico y beneficioso para tratar problemas respiratorios.


 Tomillo

Igual de recurrido (si no más) que el orégano, el tomillo es otro protagonista de la cocina. El tamaño de la planta es más pequeño, apenas unos 30 centímetros, por lo que se puede plantar sin problemas en una maceta o jardinera. Además aguanta muy bien las sequías y crece en cualquier tipo de suelo, de hecho es habitual encontrar tomillo a los márgenes y senderos.

Como ingrediente se utiliza en elaboración de purés, sopas, carnes asadas y guisos con legumbres y verduras. Su potente aroma además de hacer más apetitosa la comida, sirve para ahuyentar mosquitos en verano. Las hojas del tomillo contienen hierro, calcio y magnesio; y los aceites esenciales elaborados con él funcionan como antirreumáticos. Como el orégano, es muy buen antiséptico, algo de lo que ya se aprovechaban en Egipto cuando embalsamaban a los difuntos.


Romero

Se trata de un arbusto, por lo que los mejores resultados del romero se obtienen si se planta en un espacio más amplio del que le proporciona una maceta. Lo bueno que tiene es que se adapta muy bien a los suelos pobres (secos y arenosos) y al riego esporádico. Como buena planta arbustiva de clima mediterráneo, más que calidad en el sustrato y dosis regulares de agua, le conviene estar expuesto al sol seis horas diarias como mínimo, o a media sombra.

Una pequeña cantidad de romero es suficiente para condimentar platos de carne guisada, verduras, setas o aves. Tiene efectos positivos para tratar dolores gástricos y renales, reuma, gota o para refortalecer (el vino de romero cuenta incluso con defensores de su efecto potenciador del apetito sexual). Aparte de las propiedades culinarias, también es bueno para la salud: infusiones hechas con sus hojas alivia la tos, el humo de romero disminuye el asma, y las propia planta aplicada sobre heridas tiene efecto cicatrizante.

Fuente: http://plantas.facilisimo.com

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