Precauciones en el hogar para evitar accidentes con los chicos



Pensando en la seguridad del pequeño y en tu tranquilidad, tomá nota de estas sencillas medidas que podrás poner en práctica tanto en su habitación como en el resto de la casa.

Aunque durante los primeros meses el pequeño pasará la mayor parte de su tiempo en la cuna, esta relativa tranquilidad durará muy poco porque a partir de los cuatro - seis meses (dependiendo de cada bebé), esos “locos bajitos” intentarán descubrir el mundo por su cuenta sin tener conciencia alguna de los posibles peligros. Cuando comienzan a gatear (su velocidad puede llegar a asombrarte) y especialmente en los primeros intentos de ponerse de pie y empezar caminar, te faltarán ojos y manos.

Seguro que ya has pensado en todo lo que necesitarás en esos primeros meses y tenés idea de la decoración de su cuarto pero, tal vez, sobre todo si es tu primer hijo, no hayas pensado en que también tendrás que preparar la casa de forma que quede a prueba de niños. Las medidas que te indicamos son sencillas y pueden evitar los accidentes más frecuentes que pueden producirse en el hogar. Tené en cuenta, además, que tendrás que mantener algunas de ellas durante años porque a medida que el niño crece también aumenta su curiosidad y su capacidad para llegar a lugares que, meses atrás, le resultaban inaccesibles.

Prevención ante todo


1. Aunque creas que tu bebé es demasiado pequeño para moverse con independencia, no le dejés solo en el momento del aseo o cambio de pañal. En el cambiador, sobre la cama, en un sillón… puede girar cuando menos te lo esperes e ir al suelo.



2. Cuando empiece a caminar, procurá que lo haga en un espacio libre de obstáculos para limitar los tropezones (cuidado con sus propios juguetes). Evitá las alfombras y, si las tenés, mantenelas siempre bien estiradas y con protección (bajo alfombra) para que no resbale.

En esos primeros meses en los que el niño ya tiene cierta autonomía, poné especial atención en las pequeñas cosas que pueda llevarse a la boca y dejalas lejos de su alcance. Sus “investigaciones” incluyen probar el sabor y la textura de todo lo que cae en sus manos, por lo que el peligro de que se atragante, es real.


3. Hasta que el pequeño adquiera soltura en la ardua tarea de caminar, las escaleras le resultarán especialmente complicadas. Las barandillas protectoras para que no pueda subirlas o bajarlas solo resultan casi imprescindibles.

4. Comprobá que en su habitación el mobiliario es el adecuado a su edad (sillas y mesas a su altura, libres de aristas, sin elementos peligrosos) y confirmá que no hay ningún mueble al que pueda subirse colocado junto a una ventana.

Además, recurrí a las protecciones de plástico que suavizan las esquinas para evitar que se lastime (las encontrarás fácilmente en cualquier tienda especializada). Su habitación tiene que ser un espacio lo más seguro posible. Las estanterías y muebles auxiliares deben estar bien fijados al suelo y/o pared para que, en ningún caso, puedan venírseles encima.

También, es importante colocar topes en cajones y puertas. Descartá totalmente la idea de colocar en su cuarto cualquier tipo de hornillo, brasero o estufa para que no pase frío, pueden ser muy peligrosos (bastará con la calefacción habitual).


5. Otro peligro son los enchufes, que, no se sabe por qué, les llaman mucho la atención. Es importante anular los que están a su alcance. Tenés una especie de clips de plástico que taponan los agujeros para evitar que puedan introducir los dedos (se quitan y ponen de forma muy sencilla para un adulto, por lo que, si los quieres recuperar en un momento dado poedass hacerlo fácilmente).

6. La precaución es también necesaria para que no se produzcan cortes y pequeñas heridas. ¡Ojo! al guardar tijeras, cuchillos, alfileres, etc. Ellos son pequeños pero muy rápidos y cualquier despiste puede provocar un accidente. Lo mismo ocurre con los productos de limpieza y los medicamentos. Conservalos siempre en un lugar seguro (armario bien cerrado) y lejos de su alcance.


7. Dos estancias de la casa resultan especialmente ”conflictivas”: el baño y la cocina. Aunque ya se mantenga sentado, nunca dejes a un bebé sólo en la bañera (ni unos minutos). Podría intentar levantarse, resbalar o simplemente irse hacia delante y no poder incorporarse con el grave peligro de ahogamiento que esto conlleva. Cuidado también con los productos de aseo y con la temperatura del agua que podría quemarle su delicada piel (comprueba siempre que no está demasiado caliente con un termómetro o, con el método de “toda la vida”, introduciendo tu codo en el agua).

En cuanto a la cocina, mantené al peque siempre alejado de la zona de los fuegos. Comprobá que cualquier cacerola o sartén le resulta inalcanzable (mangos y asas siempre hacia dentro) y enséñale con el famoso “eso no se toca” que la vitrocerámica o los quemadores pueden estar muy calientes y hacerle daño si pone la mano en ellos.

8. Por último, no olvidés el exterior. Revisá terrazas y balcones y poné protecciones si son necesarias. Además, si tienes una pileta en tu jardín, por seguridad, tendrás que rodearla con una valla específica que haga imposible que el pequeño pueda caerse en un descuido. O si no, no dejes al bebé solo ni un minuto, siempre de la mano y al lado tuyo, para evitar desgracias irreparables-

Sin duda, si tomás en cuenta todos estos consejos, va a estar más tranquila.

En base a Mujer de Elite

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